Santísima Virgen María Reina del Cisne y reina de los Cielos.
Agosto mes dedicado a nuestra patrona la Santísima virgen del Cisne devoción que se viene celebrando desde muchos años atrás en las diferentes partes de la provincia de Loja y en todos los lugares que fiel mente la veneran desde la primera aparición que tuvo lugar en un pequeño pueblo llamado el Cisne fieles y devotos realizan una gran peregrinación al santuario del cisne y dedican el mes de agosto a nuestra madre querida La Churonita llamada así con cariño por todos los fieles devotos.
Milagrosa Virgen del Cisne de los cristianos victoria a vuestros hijos mirarnos madre de misericordia.
Historia
La devoción a la Virgen del Cisne, en Ecuador, se remonta a más de 400 años cuando un grupo de indios de El Cisne (deriva del vocablo quechua "cuizne" (lugar), viajó hasta Quito para solicitar al célebre artista Diego de Robles una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe similar a la que se veneraba en la iglesia quiteña de Guápulo.
En 1596 se desató una terrible tempestad que arrasó las tierras de Loja y Zaruma. A causa de la hambrura, Diego de Zorrilla, oidor de la Real Audiencia de Quito, dispuso que los habitantes de El cisne se retirasen tierra adentro, hacia el cercano pueblo de San Pedro de Chuquiribamba, en busca de protección. Fue entonces que la Virgen Santisísima se apareció a los indios para pedirles que permaneciesen en el lugar y levantasen allí una iglesia en su honor.
Viajaron los indios a Quito para encargar la imagen, según se ha dicho, y a su regreso levantaron el templo al que los pobladores pusieron bajo la advocación de Nuestra señora del Cisne. La talla que se les hizo no fue la pedida sino una réplica igual a la que los españoles veneraban en Cáceres, Extremadura, que mucho agradó a los pobladores. La imagen es morena, con el pelo rizado, pequeñita de estatura, vestida en colores muy vivos y muy milagreros.
A partir de ese momento comensaron a recibirse gracias y favores marianos, especialmente la tan necesaria lluvia en tiempos de cosecha.
Leyendas y Milagro
Cuenta la leyenda que salía todos los días a conducir sus rebaños una doncella indígena, inocente y humilde, a quien con frecuencia se le aparecía una hermosa pastorcilla coronada de rosas y aspecto resplandeciente. La pastorcilla, siempre luciendo sencilla indumentaria, no era otra que la Virgen Santísima, que acompañaba a hilar cuando en horas del mediodía la indiecita,fatigada, se tendía a dormir confiadamente bajo laq sombra de un árbol. En momentos en que los habitantes de El Cisne se trasladaban a San Pedro de Chiuquiribamba se desató otra terrible tempestad. Tanto asustó a los naturales que le pidieron a quellos que regresaran a su tierra y se llevaran la santa imagen. Asi lo hicieron y casi al instante la tormenta se aplacó, por lo que muchos habitantes de la región se declararon esclavos de María Santísima bajo esa advocación.
En otra oportunidad, un peruano, curado milagrosamente de una grave dolencia por la Virgen del Cisne, prometió trasladarse a su santuario para dar gracias. Al llegar a El Cisne y mientras subía la pronuciada cuesta de la Alhaja, comenzó a fatigarse y a sentir una profunda sed. Le faltaron las fuerzas y cayó desmayado y en tan angustiante situación pronunció, con un hilo de voz, la siguiente oración "Madre mía del Cisne ¿cómo consientes que muera antes de llegar a tu santuario a donde voy a darte gracias por los grandes beneficios que me has otorgado? Dadme agua para salvar mi vida". Acto seguido alzó la cabeza y vio cerca, en el suelo, una ligera mancha de humedad de la que brotó un hilo de agua que empezó a correr hacia él. Con ella aplacó la sed y recuperó las fuerzas siguiendo su peregrinar hasta el santuario, donde cayó de rodillas a los pies de la sagrada imagen, emocionado y agradecido.
Fuente de la Historia
"Crónicas y documentos al margen de la historia de Loja y su provincia ", Por: Pío Jaramillo Alvarado, Ed.
"Crónicas y documentos al margen de la historia de Loja y su provincia ", Por: Pío Jaramillo Alvarado, Ed.
El santuario de la Virgen
A 70 Kms. de Loja, se levanta la basílica gótica de la Virgen del Cisne, concurrido centro de peregrinaciones en la cumbre de una montaña. La edificación, iniciada por el P. Ricardo Fernández, fue continuada por los padres ablatos. El altar mayor, labrado totalmente en oro, es una pieza de inestimable valor artístico y en su parte superior posee el camarín donde la Virgen reposa la mayor parte del año.
La devoción por Nuestra Señora del Cisne, cuyo principal día de veneración es históricamente el 15 de agosto se extendió por todo el continente, alcanzando incluso puntos tan distantes como Madrid y numerosas ciudades de Norteamérca.
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